La Universidad Politécnica de Cartagena presenta en el Congreso de Ingeniería Biomédica que se celebra desde hoy y hasta el viernes en el antiguo Hospital de Marina, sede de la Escuela de Industriales en la que se imparte el grado en Ingeniería Biomédica, una veintena de innovaciones tecnológicas de aplicación sanitaria.
El Congreso Anual de la Sociedad Española de Ingeniería Biomédica (CASEIB), que por tercera vez se celebra en la UPCT tras las ediciones de 2000 y 2007, ha sido inaugurado por la rectora, Beatriz Miguel, y el consejero de Universidades, Juan María Vázquez. Previamente ha impartido la conferencia inicial el director del laboratorio de Ingeniería Biomédica y Nanotecnología de la Politécnica de Riga, Jurijs Dehtjars, presentando tecnologías de recubrimiento de células para darles funcionalidades como la detección de tumores.
Especialmente presentes en el Congreso están los investigadores del Servicio de Diseño Industrial y Cálculo (SEDIC) y del Laboratorio de Investigación, Desarrollo e innovación de Tecnologías Biomédicas (LIDiTeB) que coordina Lola Ojados, presentando numerosos desarrollos, como una unidad de bioimpresión intrahospitalaria para la atención médica personalizada, el sistema de evaluación ergonómica para personal sanitario y de hostelería, una aplicación de realidad aumentada para la atención dental de niños y adolescentes, un implante con forma de mama para mejorar el bienestar psicológico de las pacientes que han requerido de una mastectomía, un simulador de broncoscopias y otro que replica la tos humana en un maniquí, un asiento ergonómico para un niño con necesidades especiales, una aplicación para simular recorridos de evacuación en espacios sanitarios y otra para formar a portavoces sanitarios en materia de comunicación de crisis.
La UPCT también presenta los desarrollos tecnológicos que realizó en respuesta a la emergencia sanitaria por el coronavirus, como una pieza para tubos de respirador que posibilita la ventilación asistida a la vez que el suministro de medicación desde la misma válvula, realizada y testada en colaboración con la Unidad Ventilatoria de Urgencias del Reina Sofía, e hisopos nasofaríngeos impresos en 3D cuando la pandemia colapsó el mercado de material sanitario.